Mola. Mola mucho.
Haga la temperatura que haga, si estás allí, te tienes que bañar. No vale meter los pies, porque igual vuelcas, y bueno, si exagerar, merece la pena meterme de lleno para experimentare la fantástica sensación.
Os contaré mi experiencia.
Diciembre 2013, viaje a Israel y Jordania. Aproximación al Mar Muerto desde el lado jordano, donde dicen que está más aprovechado, mejor puesto.
Accedemos por una carretera donde indican que desciendes por debajo del nivel del mar, el mar muerto, que en realidad es un lago, es el lugar de más profundidad del planeta, se encuentra a 430 metros por debajo del nivel del mar, aprox.
Bajamos unas escaleras y allí está el Mar muerto. Denso ya a la vista.
El acceso no es una maravilla, toda la orilla tiene sal cristalizada en forma de rocas.
Metí un pie, fui poco a poco y me resbalé, así que alucinados mis compañeros de viaje pensaron que era una campeona por meterme de golpe al agua, pero no, me resbalé y al agua directa. Me estuvo bien, porque descubrí esas aguas densas, que parece que tengan aceite flotando. Flotas, flotas mucho. Es difícil darse la vuelta, ponerse de pie casi imposible. Una pasada.
Ojo, cuidado con los ojos, se me metió agua en el ojo y creí que perdía la visión para siempre.
Una pasada. Flotas.
Un baño en el Mar Muerto es una experiencia vital que todo humano debería tener. De hecho, según dicen algunas guías, el gobierno alemán subvenciona un viaje una vez en la vida a sus habitantes, por la seguridad social, y es que un baño en el Mar Muerto quita todos los males.
La piel queda realmente suave, como curada, como desinfectada. También nos dimos unos barros, allí mismo. Una pasada.
Se que os chiflaría una foto de la provinciana en modo flote, pero no tengo ninguna foto sola, y no es plan. Una pena. Ahora, he seleccionado algunas fotos de archivo y de agencias con las que puedes hacerte a la idea.
2 comentarios:
Qué pasada, tiene que ser increíble. Me lo apunto en mi lista de tareas pendientes jaja
VAya viajaco, tía. No está entre mis destinos favoritos, pero sí, reconozco que tiene que ser un pedazo de experiencia.
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