Así empezaba un post guardado en borradores del mes de marzo de 2007. Y de esto han pasado ya unos cuantos marzos.
No sé qué demonios hacía yo en la Vaguada (antes vivía a una parada) ni con quién, y menos recuerdo quién era Jack.
De cuando vivíamos en ese barrio lejano, en casa de una amiga de la tía de Pau, que era enfermera, tenía un hijo bombero y un peazo de perro, marido y vida.
Y a nosotras tres la casa se nos quedaba pequeña, la mierda nunca terminaba de irse y por las ventanas no se podía sacudir el mantel, porque tenía rejas.
Pero nos inventamos un blog.
De aquí |
De las tablas con pendientes, flores y abalorios. Pero sobretodo de la apisonadora de pasta. Del fimo. De los sbaroskis.
De la cama nido terrible de la segunda habitación que me tocó.
De la tortuga que se fue.
De las compañeras que vinieron después: la de Villaverde y la de Santander. En cualquier otra circunstancia, sobretodo si no se hubiesen conocido entre ellas, habría seguido en contacto con cualquiera de las dos, bien majas, por separado. Juntas eran un coctel molotov.
Y siempre de P y E, todas juntas, pero no revueltas. Con todo lo que fue y ahora no sé si aquí leéis.
Menudas vidas, menudos años, ya han pasado unos cuantos.
Y venía yo para un rato.
Y aquí sigo con Provincianas, in the capi.
4 comentarios:
Ya ves. Se está haciendo largo el rato. Y la tortuga que se fue.
Recuerdo una noche en ese sofá. Y el día que me fui de viaje de novios. Y las flores rojas también.
Chica, me parto con tus post. Da igual, aunque no cuentes nada del otro mundo, yo me parto.
Y venía yo también para un rato, ay, Paca.
Mírame eso de las cenas clandestinas, oyes, que yo me apunto.
Jajaja jajaja Gracias por pasarte por LMDM ;)
Yo también viví en piso de estudiantes durante un tiempo, y la verdad que los recuerdo con mucho cariño...
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