26 enero 2015

Anillar al palomo

Sirvan las palabras de mi amigo Alf para titular este post: hablemos de "Anillar al palomo".

aquí
Hablamos de la elección del anillo de casado, anillo que él ya se puso hace algo más de un año en una boda bien divertida, sincera y jolgoriosa. Mi querido amigo se refiere a esto de ponerse el anillo de casado como "anillar al palomo", y en estas estamos.

La verdad es que es una de las cosas que más ilusión me hacen, no es porque sea yo muy de joyas, ni de marcas a la vista, pero el anillo de casada me parece un símbolo bien bonito, una tradición sencilla, una elección complicada.
De aquí
Más que complicada, tremendamente importante por todo lo dicho. Y es que ese anillo es para llevarlo siempre.

Mi idea era un anillo de oro amarillo, eso seguro. El oro rosa, blanco y demás colores se acaban poniendo feos. Alianza sencilla de oro amarillo. Eso.
Y la idea era que fuese de media caña baja (que con las búsquedas descubrí que así se llamaban el anillo redondo que me gustaba) clásico y cómodo.

Como en todo cuando uno se casa, el asunto es de dos, o de alguno más, así que después de comparar precios y visitar joyerías para saber de qué iba el asunto, la alianza de boda y vida elegida fue ésta:
Plana, lo nunca imaginado. Pero bien finita, bien discreta. Bien para toda la vida. Que esto es así, pa tol rato.
De aquí
Y es lo que pasa con algunas cosas, que no entraba en tus planes, pero una vez puesto te ves bien y lo quieres para ti. Por eso las bodas.

Aprovecho para mandar un abrazo muy fuerte a Alf y a Gem y más :)

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