06 abril 2015

Peluquería de boda

Asunto importante donde los haya. Muy importante. De lo más importante.
Tan importante es el tema que, bien sabes que no acostumbro, por primera vez después de casi 10 años, vas a ver mi jeto, tal cual.
Será está la primera vez que me veáis el jeto en provincianas,no soy yo de esas, pero la ocasión lo merece :)

Y por esto la peluquería para la boda puede llegar a ponerte muy nerviosa, el mismo día y todos los meses antes, te lo digo yo y L, Ms y B que buena turra les di preguntando y preguntando.

Pruebas previas, un básico, como el Hola en peluquería.
Yo he sido la persona más afortunada del planeta al poder contar ese día con Luis Diago, el peluquero, el del barrio, el de toa vida. Ni estilista, ni vainas en vinagre. Peluquero.

Cuando decides casarte a más de 500 km de tu casa, de tu barrio, de tu peluquero, el tema peluquería y maquillaje te ponen los pelos de punta ¿dónde ir? ¿de quién fiarse? porque bien sabes, amiga de los pelos, lo difícil que es salir satisfecha de una peluquería cuando pides hacerte un recogido de boda. Pues si eres la novia la tensión es máxima.

Antes de todo, como en otros casos como bodas fuera de casa, consulté a Luis qué es lo que me sentaría bien ese día. Me hizo su propuesta, advirtiéndome del cuidado que debería tener la supuesta peluquería con mi cuero cabelludo de cristal y algunos asuntos que solamente Luis sabe manejar, es así.

La propuesta en firme era acompañarme hasta el mismo Pazo donde se celebraría la boda para peinarme, y no sólo eso, ¡maquillarme! ¡y qué maquillaje! madredelamorhermoso con el maquillaje con soplete, ¡viva el maquillaje aerográfico! (le dedicaremos un post único por merecerlo) ¡Qué suertuda!¿no?

Oh cielos! ¡qué bucles!
 La idea la tenía clarísima, y yo me dejé hacer, porque me fío sin dudar de las recomendaciones de Luis Diago. Nunca ha fallado: en cortos con flequillos imposibles, peinados modo peluca, cortes que dejan el pelo largo...
 Lo veía claro, su recomendación: un estilo que de aquí a 20 años no me pareciese una ridiculez. Hoy modernas, mañana horteras.
Y encantada quedé. Con todo, con el resultado final: un moño clásico, bajo, ¿malagueño? no sé la palabra técnica, pero un pelo pulido, brillante y cómodo. Guapa. Me veía guapa, así sin más, guapa de guapa.

Luis apareció, con genial ayudante incluida, entre bosques gallegos cargado con todo su armamento. Rulos incluidos. Desde primera hora de la mañana, muy pronto, me cascó los rulos ¡vivan los rulos! y con ingenio y paciencia consiguieron secar todo aquel melenón (si quieres ser novia novia y llevar un bonito moño, deberás aguantar melenón desde meses antes) para tener un volumen que ni la Jurado.

Cepillo, horquilla, cariño y buen hacer para dejarme un peinado de novia-novia, guapa-guapa.

Pasaron mi madre, mi hermana y padre, a quienes con todo su cariño les atusó el peinado, el maquillaje y un poquito el nervio. Tranquilidad y paz. Además de belleza es lo que traía Luis en sus maletas el día de mi boda.

Gracias a esa mañana entre colirios, rulos y risas, champanes y serenidad, llegó la hora de ponerme medias, vestido y zapatos y ellos seguían allí para vestirme (si hija, a las novias se las viste a las pobres, no sabemos si por los nervios o por qué tipo de incapacidad, pero se las viste).
Para echarme una mano más con su cargamento de buen hacer, calma y belleza.

Lista y feliz, ya estaba feliz. Porque aunque pueda sonar frivolidad, esos momentos previos, que son horas, son el antes. El verdadero antes. Y tener el privilegio de la tranquilidad que da saber que todo va a salir bien, que confías, que estás en buenas manos, es un privilegio, muy mucho.
Que no es más que estética, y una boda es mucho más, pero si eres la novia, por mucho que te importe si la ceremonia se hará amena, lo caliente que tiene que salir el solomillo y lo que den de sí las horas de barra libre, quieres estar guapa, muy guapa, más guapa que nunca.

Unos momentos irrepetibles, una mañana de verdad inolvidable, gracias a esto, estoy totalmente segura, el día de mi boda fue tan genial, y yo me encontraba tan tranquila y contenta.

Muchas gracias a Luis Diago, mil. Muchas gracias a la Gober. Muchas.


1 comentario:

Isabel Benito dijo...

Fue muy maravilloso tener a Luis. Luis es casa.