Cómplices de Mahou: Iván Ferreiro y Zahara. Y mi enfado.

Mahou, me caes mal.Pero me gustas.
A veces pasa esto; algo te gusta pero te cae mal.
Personas, comidas, marcas...
Me gusta mucho la lechuga, pero me cae mal, fatal. Ya es mala suerte, porque los torreznos, el chorizo o el lechazo me caen divinamente, pero cuánto mejor sería que me sentase bien la lechuga y así estaría en forma.
Me gusta mucho la Mahou; la de lata, en botellín, de grifo o en tercio, pero desde el otro día me cae mal.

Todo sucedió durante uno de sus eventos llamado #cómplices de Mahou. Sala Copérnico, concierto de Zahara e Iván Ferreiro: 16€.

A pesar de que nada más llegar la sala recibe con un peazo bandera de Castilla y León que no entendemos muy bien a qué ton, bajas las escaleras y una moqueta roja recién puesta, limpia, reluciente, te lleva hasta el fondo de la sala donde unas chicas vestidas de rojo te daban el alto.
El asunto pretendía sentar a todo el mundo, uno por uno. En sitios desde los que malamente se veía el escenario, que se entiende que no todo puede ser primera fila, pero se veía un cagarruto.

Escenario muy cuqui que pronto se ocuparía por los dos artistas; muy de mi devoción pero totalmente desmerecidos en el encuentro éste de #cómplices de Mahou. Antes de ello, Miki Nadal, con el que tengo mis más y mis menos, pero totalmente fuera de lugar su presencia.
Amigos de Mahou, cuánto mejor una joven promesa, más ligera en cuanto a presupuesto y presencia, que no lo digo por lo grande del señor Miki, si no por que no viene a nada un personaje así en un evento musical de este presunto calibre.

Tanto uno como otro parecieron ir sin haber preparado absolutamente nada, ni juntos ni separados.
Nada malo podría decir de ninguno de los dos, pero del conjunto en sí, no me sale nada bueno.

¿Cómplices de Mahou? Si, para hacerles engrosar sus arcas. 16€ en un eventos totalmente corporativo, donde los tercios de cerveza cuestan 6€ y donde no hay opción de pedir nada menos costoso (caña o botellín por ejemplo) Una mierda cómplices de Mahou.

De muchas otras maneras se me ocurre que podrían haber generado un engagement con la marca, un colegueo, una complicidad, pero con esos precios y ese percal, conmigo no cuenten, que me paso a la ESTRELLA GALICIA en un par de botellines y listo.