04 septiembre 2007

El niño lloraba.....


...y yo no me lo quería creer. Pasé la primera noche en aquél convento abandonado; estaba tan cansada que cai rendida. Durante todo el día, entre el trajin de peregrinos, imaginabamos jocosas como serían aquellos gemidos. A la hora de acostarnos no pude evitar abrir bien los ojos (en la oscuridad facilitan enormemente agudizar el oído) Sólo ventanas que se abrían y crujidos de madera. Por la mañana Asun se sorprendió de que yo no lo hubiese oído. Esa noche, metida en el saco, lista para dormir, no hubo tiempo para dudas. Nada más pillar la justa postura para caer frita, escuché claramente cómo lloraba el niño muerto. Cerré bien fuerte los ojos, y los puños (ayuda infalible para conciliar en sueño en condiciones adversas)El poder de sugestión había hecho efecto en mi, sería eso.
A la hora de partir, todos los peregrinos no hablaban de otra cosa. Imposible dormir por ese desconsolado y violento llanto. No habia dudas, el niño muerto estaba en el convento, ...........................

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