22 abril 2013

El Mercado de San Miguel en Madrid

o cómo sentirse un guiri y que te saquen los cuartos en tu propia casa.
¡Qué disparate!
Mercado de San Miguel, de aquí.
Una caña 3€, como te pidas un vino ya vamos a las 3,5€ o 4€, pincho sencillo, así unas gulas encima de cacho pan, otros 3€. Que te pides dos chismes y 2 pinchos y son 12€.

Petao, sin sitio para dejar la copa o el pincho, ruido, empujones. ¿Quién quiere ir al mercado de San Miguel? ¿Por qué? ¿Para qué? Si, venden ostras, pero además de eso, que para empezar te tienen que gustar, el resto de cosas no son nada del otro mundo. ¿Mercado?
Para mercado el de la boquería de Barcelona, eso si que es auténtico y comestible, y paseable, y mercado.

Pero desde mi humilde posición de Provinciana sin excedente de sueldo a fin de mes, diré que el Mercado de San Miguel me parece una engañufla. Bien para que sea visitado por forasteros, pero nada más.
Si estás por la zona, pásate por taberna la Daniela y te pides una tortilla en salsa. Salsa de los callos, pero aunque te den repelús los callos, es gloria. 3 cañas grandes, un vino, una de berenjenas con salmorejo y una tortilla en salsa, 25 €. Gloria.
Mercado del Val, Valladolid. de aquí.
Que la idea de remodelar mercados tradicionales y darles uso como lugares de diversión, hostelería y goce me gusta, pero no nos saqueen señores.
El mercado del Val en Valladolid, en ello están.
Podría montarse allí un lugar de entablar divino. Señor alcalde, póngase las pilas ¡hombre ya!
¿Conseguiría así aliviar el tremendo éxodo rural de pucelanos?

2 comentarios:

La Aprendiente dijo...

Vale, reconozco que el mercado me gusta, pero es muy guiri y muy petado, pero es que los pocos plagios que hay por Madrid, tipo Isabella o San Anton, sobre todo el primero, no le llegan a los tobillos, debería haber uno en cada barrio, y más relajadito!

Lucía Be dijo...

Desde mi pueblo y posición os super como provinciana, así que os diré que estoy tan de acuerdo con vuestro post que se me saltan las lágrimas al leeros. Y cosas de la vida siempre pienso en el mercado de Valladolid que que podrían hacer allí maravillas. Me carga el concepto: cojo cosas del pasado y te casco una pasta que tiemblas. Yo del mercado de San Miguel, paso, mejor los sitios de siempre, pero de verdad. estos son de mentirijillas para snobs.