Velas Yankee Candle en Madrid

Again. Otra vez. Ainss qué gusto.

Iba con toda la intención. Esta vez no iba a caer en tentaciones ni distracciones.

Ninguna atracción podría conmigo.

Las fotos de los frascos son de Tres Chic Provence

Yo soy fuerte. Uno dos tres, fus fus fus.

Vainilla.

Iba a por una vela de vainilla. Sin más.

En mi primera expedición hice buen acopio de olores de velas Yankee Candle. Aquí os lo contaba.

De esto 3 meses. Y el veloncio de festín de pera no se ha agotado. La enciendo todos los días, pero todos.

El olor me gusta, pero durante estos meses, cada vez que me venía un flus de olor, incluso apagada, no podía dejar de desear que se acabase de una vez para invadir todo de olor a vainilla.

Y hija, nada, que no se acaba.

Llegue a la tiendita, tan mona, tan ricamente regentada, que fue realmente duro no distraerse. Voy a ser fuerte, he venido a por un veloncio de vainilla.

Eh, tu! vas a ser la próxima.

Resistiendo a nuevas tentaciones como helado de fresa, waikiki melon y la muy tentadora black cherry, me hice con la esperada Vainilla Cupcake. Un exceso de dulzor, pero bien hecho, una ráfaga de bollitos, un empalague fino, un gusto para quienes nos triunfan estas delicatesen. Tan feliz.

Eres mía.

Tuve muchas dudas con vainilla y lavanda. La había probado en tart (formato que deshecho como olor para casa, no me gusta el mundo quemador si no es el aceite. Eso si, las tart como ambientador de armario son inigualables) La maja y tentadora chica de la tienda Ana, me resolvió las dudas.

En casa estás. Muchísimas gracias Ana.

Descubrí un asunto. En los tarros, con cada olor, hay una especie de sello que indica a qué tipo de "familia" pertenece cada uno de los olores. Conclusión respecto a mis gustos, lo mismo me da una cosa que la otra. Me gustan todos.

Fruit, Fresh, Food & Spice entre otras.

Y nada, ya a que pasen otros 3 meses de placer. Porque mira, el frasco grande cuesta 32 €, algunos pensaréis que hay que estar majareta por hacer semejante gasto en una vela ¡una vela! pero el gusto que da, durante más de 3 meses es algo que no tiene precio. Son placeres que merecen la pena.