04 noviembre 2013

La catedral de Valladolid y sus bares

Valladolid tiene una catedral impresionante. De impresionar.
Lo que pasa es que llama poco la atención.
Aunque ahora está iluminada de color púrpura, y con esto gana en llamativo.
La foto la saqué de Vallisoletvm que habla mucho y bien de la historia de Valladolid
La catedral está bien recogidica, para evitar los fríos de la provincia digoyo, entre edificios y calles. Calles del centro de la ciudad que podrían ser peatonales, y algunas lo son, pero no todas.
Una zona de Valladolid, la de la Catedral, que reúne los baretos y espacios más fantásticos de la ciudad, digoyo.
La Catedral de Valladolid estuvo a punto de ser lo máximo en el mundo catedral allá por el siglo XVI (equis uve palito) De estilo herreriano, del mismo Juan de Herrera, con toques barrocos, todo muy de la época. De la época de Felipe II (palito palito) que estaba muy bien montando el chiringuito, hasta que se lo llevaron a terminar el Escorial, que para entonces ya querían que fuese capital del Reino. Y así se quedó el asunto.
Luego se ve que con un terremoto que hubo en Lisboa se cayó la torre según miras a la izquierda. Y así se ha quedado 
Los atrases de la catedral de Valladolid, de aquí
El caso es que alrededor de la catedral hay mucha vida. Ya no te digo dentro, porque entré una vez que vinieron unos niños Mexicanos de campamento y tuve que hacer de guía, pero nada más.

Está la Cárcaba para tomar unos pinchos, está en Penicilino para tomar un vino, también tenemos La Española para subirte las escaleras y luego bajarlas rodando, el Sildavia para estar, La Piedra para copear, luego tienes tiendas, tienes adoquín, está el Largo Adiós, tenemos a Guilty Pleasures para echar una parrafada y comprar un trapo único, tenemos el Herminios para un gin, está la propia calle y, uno de mis lugares favoritos, está el Berlín para tomar lo que sea, pero está la pared de la catedral, enfrente del mismo, donde los botellines no saben nunca igual.

Yo ahora cuando voy a Valladolid, voy donde me da la gana. Y cuando llevo forasteros, me encanta llevarles por esta zona. Porque al ladico de los muros de la piazo de Catedral, tomando unos vinos y rodeado de gentes interesantes, y nada del tipo de gentuza que un forastero puede imaginar por vallisoletano, que los hay, a patadas, pero suelen ir a lugares de otro tipo, se está muy a gusto. 

Este fin de semana, nos vamos a Valladolid. Al baile.

2 comentarios:

Tula dijo...

Pues hija, yo creo que el frío de Valladolid no hay catedral ni recogimiento que lo suavice...
En un mes o menos me iré yo a tomarme unos vinos por aquellos lares y entraré a ver la catedral, que me has picado las ganas!

mEsther de juglaría dijo...

Siempre nos dijeron "hay que leer la letra pequeña" ,si, por eso de curarse en espantos. Y uno la lee así como con miedo. Pero tu letra pequeña es otra historia, da gusto leerla, me divierte y siempre me saca, a lo sumo, una sonrisa :)