03 noviembre 2014

Nino, guía en el Timanfaya.

Como antes de cada viaje, acostumbro a echar un vistazo más o menos intenso a los foros, especialmente a losviajeros, siempre hay algo que descubrir.

El último nos llevó hasta Lanzarote y, entre otras muchas cosas que descubrimos en esta interesante y diferente isla, conocer a Nino, el guía del Timanfaya, fue una experiencia realmente especial.

Nuestro amable grupo
  MUY RECOMENDABLE. Reservamos a través del Ministerio de Medio Ambiente una ruta guiada por el Parque Nacional del Timanfaya, la ruta Tremesana.

Tenáimos cita a las 9.30 de la mañana, nosotros éramos dos y el grupo se completaba con 8. Pasaron lista, subimos a unas furgo y nos llevaron hasta las puertas del Parque.

Comenzamos un agradable paseo entre lava y Nino, el guía, nos hizo pasar las 4 horas más agradables de los últimos tiempos.
Sus comentarios, su naturalidad, su humor, su sabiduría, su alegría, nos hizo pasar una mañana de las buenas.
Nino al ataque

Es una ruta sencilla, un paseo largo. Con unas zapatillas de deporte lo haces bien; agua y gorra.

Imprescindible esta ruta para conocer de qué va esto de los volcanes; una pasada, yo ya soy muy fan de los volcanes.

Muy interesante hacer la ruta antes de hacer la típica del autobús (guagua) que recorre las Montañas de Fuego, ves los cráteres de muy cerca y mola mucho, pero es imprescindible hacer la ruta a pie con Nino. Ideal para no entendidos, sencillo contenido e intenso conocimiento. Suficiente para descubrir los encantos, lo maravilloso y singular de Lanzarote y su peculiar geomorfología.
El mundo volcán.

En el Timanfaya pones unas pajas secas bajo tierra y prenden.
Tener la oportunidad de hacer esta ruta tan de primera mano, 8 personas, sin pagar y con esa calidad es un lujo.
Mira tu, gracias al Ministerio de Medio Ambiente, hombre. También hay otras rutas en otros parques Nacionales, así que ahora habrá que planificar otro viaje.




Un abrazo a Nino, muchas gracias, ahora, al escuchar el silencio nunca te olvidaremos y ahora vivimos con el miedo de que Yellowstone entre en erupción y el Planeta Tierra se vaya todo a tomar por el culo.
El mismísimo Yellowstone

1 comentario:

Isabel Benito dijo...

Yo también me subí a un volcán. Sin guía, en burro, en Guatemala. Y no se me olvida el rugir bestial de la tierra, y mis zapatillas favoritas que allí murieron. Y el miedo. Y lo que te hubiera gustado estar allí arriba. Y la peste a azufre.