06 mayo 2011

Las zapatillas de baloncesto

Eran lo más. Eso sí era marcar estilo. Fulminante, marcaje fulminante. Hablando de estilo...¿las bloggers divinas viven a diario subidas a esos piazo tacones? 
Las zapatillas de baloncesto eran el bien más preciado. Podías invertir todas tus súplicas una vez al año, a comienzo de temporada. En mi casa, y en las de mis compañeras de equipo al menos, era así.
Suponía un gasto considerable, el último modelo de Nike rondaba las 20.000 pesetas. Pero es que ojo, llevar unas buenas zapatillas de baolncesto te garantizaba un 2 % de victoria en el partido.
Éstas eran lo más
En los calentamientos ya podías otear con quién te ibas a jugar los cuartos: si el equipo contrario calzaba zapatillas de baloncesto de marca, molonas y último modelo, estábamos perdidas. Ojo, que coincidía con los equipos de los colegios más pijolis, algo tendría que ver.
Pero esta teoría a veces no era fiable del todo; cuidadín con las de los Pajarillos y sus zapatillas NISU, porque te podían meter una pana que tela marinera. Eso sí, equipo de barrio y zapatillas deluxe....sembraban pánico. Y así éramos nosotras, muy de barrio.
Ou Yeah! la pelotita
Mantener unas zapatillas de baloncesto, con toda su suela con cámara de aire, intactas era imposible. Y menos para las de barrio, que entrenábamos y jugábamos en cemento. Pura lija para esas suelas. Claro, que las del Ponce jugaban en pabellón.
Pues como las zapatillas tenían que durar una temporada entera, mi madre, cuando la cámara de aire empezaba a burbujear, las llevaba al zapatero, inyectaba silicona en toda la cámara y listo. Ya no era posible volar sobre la pista, pero me podían durar otro poco más.
 Mis favoritas del mundo mundial, esas que véis en la foto de arriba, plateadas, jolin, eran la leche. Astronáuticas, cómodas, una pasada. Lástima que acabasen todas para el desguace.
¿Quién no quiso unas Jordan?
Cómo olvidar a la Lulos, muy buena con las teorías de zapatilla. Podría, con algo de ayuda, identificar a mis compañeras de equipo por sus zapatillas.
De la Ojete
 A Elena y sus viajes con biodramina en el autobús 3. Cristina, que después fué Rati. La incorporación de Carmen. Martas. Arancha entrenadora que decía tacos. David qué paciencia jésus, con los años se da una cuenta. Toño, César. Nelly. Desi. Laura Pippen. Beas. Si lo sé no me ducho. Uri Uri Uri los de Contiendas.
Muy de moda
Cuánto bien me hizo el baloncesto.

2 comentarios:

beizabel dijo...

Joe, a mi, como me apunté a teatro en vez de hacer deporte, nunca me compraron zapatillas molonas... y encima al cabo de un par de años me vi obligada a dejar mi carrera de acrtiz por negarme a hacer el pino. Menudo pufo.

Rati dijo...

Ay Lauryn... qué recuerdos de infancias. tiempos de barrio que nos marcaron para llegar a lo que hoy somos.

recuerdo tus zapas y sin embargo no tengo la menor idea de cuáles eran las mías. menuda memoria selectiva que me gasto... creo que es porque en mi casa nunca me compraban las que realmente me molaban. eran bienes de lujo muy preciados.

lo mejor era ir al kiosco después de los partidos. están revenidos, quieres???