Volver a la Provincia por Navidad

Es tan de Navidad volver a la Provincia que creo que es eso lo que más me gusta de la misma, volver a la Provincia. Insisto, el volver a la Provincia. Concretamente el momento en el que todos los exiliados bajamos del bus o tren y, nos esperen o no familiares o amigos, encaminamos nuestros pasos hacia casa. O hacia el bar donde esperan tus amigos de toda la vida, o a la librería donde sabes que vas a encontrar lo que buscas, o al coche, donde tu padre o tu padre te esperan con la radio puesta, en pijama y con el abrigo encima.

Y es Navidad, vas a comer bien, pero bien bien, de festín, y vas a dormir en tu cama. Vas a oír petardos, aunque en tu barrio ya cada vez haya menos niños, porque los que ya os vais haciendo mayores os exiliáis, pero donde antes había hijos, ahora hay nietos.
Entonces se vuelven a llenar los contenedores de cartón.
Así que no pierdas el tiempo, que el exilio es el primer paso. Recoge todos esos cartones, porque la vida fuera de la Provincia es muy dura, y puede que algún día los necesites para caerte muerto.
¡Feliz Navidad!