06 febrero 2012

Licor arakú

Estaba yo cenando en casa de unos amigos, muy buenos amigos.
Amigos de la Provincia también. Provincianos de esos que no se les deja de notar que lo son, y muy orgullosos de ello. Tan majos, tan normales, con su nueva casa tan amorosa. y tan lejos de la humanidad.
Muy lejos. Allá donde el metro ya pierde su nombre, en un intercambiador tan al sur que parece que a la gente le ha cambiado hasta el color de la piel. Bajas del metro y aún tienes que recorrer unas cuantas calles.
Eso si, la casa encantadora.
Como ellos, mis amigos provincianos.
Que me deleitaron con una rica cena, unos buenos vinos de la provincia y un postre exquisito.
Licor Arakú
Este producto me lo sirvieron casi casi congeleitor, en un vasín congeleitor también. Al probarlo los ojos me hicieron chiribitas. Tantas chiribitas que ellos no dudaron en servirme y servirme. Se bebe despacito, con gusto, saboreando. No se encuentra fácilmente, ellos lo consiguieron gracias a un amigo entendido en licoreos. Y tan amigos y tantas chiribitas, que me fuí de casa con una botella debajo del brazo.
Insistí en que no me iba a saber tan bien allí en su casa con su compañía, pero como ya hemos dicho, estos son provincianos, provincianos, de esos de "come una pasta" y hasta que no la comes no paran, pues la botella está en mi casa.
Invitados estáis. En la nevera está enfriando.

1 comentario:

Adaldrida dijo...

Es que el licor sabe bien en compañía...