31 julio 2014

Tardes noches de verano

Hace unos veranos pasábamos las tardes entre cuadernos, cafés en vasos de plástico y trozos de pita.
Cajas trasparentes de regalices y que después se llenaban de rotuladores sin tapa.
Y aprovechábamos los retales de cartulinas de colores.
Luego, ya por la noche, nos sentábamos en tablones de madera a arreglar el día pasado, que ya no tenía remedio, y a enfilar el día después, que siempre prometía ser más organizado, más divertido y con muchas más canciones.


Y mientras, tomábamos tapones de algún líquido infernal.
Así, sin hielo ni nada.
Sin adornos.
Pero todo muy bonito.
Y de estrenarse en todo esto hace ya 13 años.

1 comentario:

mEsther de juglaría dijo...

Uy si,muy bonitísimo todo! los tapones,la tapa, la tapita, la pita, la madera, el correo del zar, y viva todo lo que se deja estrenar!!