28 abril 2016

Siete días

Llegué a Madrid, y no venía para quedarme. 
Solo a algunas actividades, con mis amigos.
Esta canción sonaba en la planta baja, al lado de la biblioteca de la que sacaban ese cancionero azul con canciones prohibidas, y otras que solo nos sabíamos nosotros.
Desde ese año 2000 han pasado 16 años, que se dice pronto. Y ahora ya cuando vengo a la capi es para quedarme.
¡Nos han pasado tantas cosas desde esas tardes haciendo todo eso que nos gustaba! Algunos siguen dedicados en cuerpo y alma, otros nos acordamos cada día. Y más cuando paseamos por el Retiro, que parecía tan lejano detrás de esa valla taaaan alta.  
El caso es que está ahí mismo. Como el restaurante italiano de las montañas de cera de vela o la fuente de los patos.
Ahora algunos tienen bebés nacidos de amores en esos mismos pasillos. 
Y eso es muy bonito.

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