de aquí |
Y una de ellas era ir a catequesis.
Ahí mismo, a la Gavilla.
Yo no sabía muy bien a qué iba, pero no lo pasaba mal. Lo bueno de estar en un barrio tan marginal es que, en el fondo, los cristianismos más profundos pasaban, sin querer, a tercer plano.
Las necesidades de las gentes del barrio eran prioritarias, y ahí estábamos, pasando la tarde en lugar de liarla parda.
El caso es que en mi casa lo de hacer la comunión no era
algo necesario. Era evitable si eso, pero bueno, al final yo hice la comunión.
Le pedí a mi madre un vestido, comodiosmanda, pero con el
que pudiera tirarme por el tobogán.
Lo supe años después, mi vestido era de segunda mano, rescatao, reciclao, ya usado, de cáritas vaya. Pero eh, yo más feliz que la propia ostia.
Me pude tirar por el tobogán. Lo que es el gilipollismo y la tontería, que me lo llega a decir en el momento y me da un jamacuco, por imbécil.
Lo supe años después, mi vestido era de segunda mano, rescatao, reciclao, ya usado, de cáritas vaya. Pero eh, yo más feliz que la propia ostia.
Me pude tirar por el tobogán. Lo que es el gilipollismo y la tontería, que me lo llega a decir en el momento y me da un jamacuco, por imbécil.
Porque mi comunión no fue una comunión al uso. Alquilamos el
bajo de Papiro, ahí donde se hacían los cumpleaños en la esplanada debajo de mi
casa. Y mis padres compraron sacos de gusanitos rojos al por mayor, y rueditas,
y grandes latas de aceitunas rellenas de anchoa.
Y tan a gusto.
Que yo, ahora sé que hice la comunión por los regalos,
y tuve mi sello de oro con mis iniciales grabadas, una cadenita con muchos
chismarracos colgantes, pulseritas varias, una bolsa de playa y mi magdalena.
La muñeca más fantasticular del planeta tierra.
Y tu ¿has hecho la comunión? y después de hacer la comunión...¿cuántas veces más te has confesado? ¿cuántas veces más has ido a misa? (y no valen bodas bautizos ni entierros)
Eh....cada uno como quiera...
Eh....cada uno como quiera...
1 comentario:
Yo no tengo patines. Ni walkitalki ni reloj bueno. Mucho menos una muñeca de esas con su vestidini, su medalla y su todo. Y si no fuera porque mi madre me compraba recortes, así como para matar el gusanillo, no sabría de qué hablo cuando digo que algo sabe a ostias.
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