De lo más divertido, emocionante y difícil de una boda es elegir la música. Al menos para mí claroestá.
Para la ceremonia, civil y legal, había que elegir una música no invasiva, que no quitase protagonismo a las caras, las emociones y el momento en general.
Había canciones que nos gustaban, pero quitaban la esencia a todo esto anterior que hemos dicho por ser conocidas o tener una letra reconocible. Así que eso no.
Nadie mejor que mi amiga Cos para echarnos una mano en la selección musical de la ceremonia; ella tiene un gusto y una educación musical exquisitas, de aúpa.
Le pedimos que nos hiciese una selección y, sin dudar, aceptó con mucha ilusión. La misma que nos hizo a nosotros, y a mi padre, ver que su elección era ideal.
Esta fue la música que sonaba mientras el Gallego, el novio esperaba a la novia.
Cantata BWV, Jesu, Joy of Man´s Desiring
Los nervios no se le pasaron, pero al menos no echó a correr.
Allí estaba cuando yo llegué. Con la canción que os enseñaré el próximo jueves de canción.
Muy barroco todo como dice mi padre.
Muy barroco todo como dice mi padre.
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